Bodas
Cada boda tiene su propio ritmo e historia. La fotografía de bodas no consiste en capturar solo los momentos grandes o evidentes, sino también esos instantes discretos que forman parte de la narrativa del día: un gesto, una conversación, una mirada...
Mi manera de trabajar es flexible y cercana. Prefiero integrarme en el entorno, pasar desapercibido y estar atento a los detalles sin interrumpir la naturalidad de lo que ocurre. De esta manera, cada fotografía refleja la autenticidad de la celebración y la forma en que cada pareja vive su día, sin artificios ni poses forzadas.
Durante la jornada, combino un enfoque documental con cuidado estético. Observo la luz, los colores, las texturas y los espacios, buscando composiciones que realcen la historia que se está desarrollando. No solo me interesa el momento en sí, sino también cómo se percibe visualmente, para que cada imagen tenga sentido dentro del conjunto del reportaje.
La edición es un proceso que busco que sea fiel al ambiente vivido. Mantengo la coherencia de tonos, la naturalidad de los colores y la armonía de la composición, para que el resultado final sea atemporal y elegante.
Trabajo en cualquier lugar y me adapto a bodas de todos los estilos y tamaños. Mi objetivo es ofrecer un reportaje completo, que cuente la historia del día de manera clara y auténtica, y que permita a quienes lo vean revivir cada instante de forma natural. Así, cada álbum se convierte en un recuerdo tangible, vivo y único, que conserva la identidad de la pareja y la atmósfera de su celebración.

























